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lunes, 27 de octubre de 2014

La figura del formador en formación continua.




Si acudimos a la Real Academia Española de la Lengua (RAE), ésta define al formador como: “adj. Que forma o pone en orden” y formar como: “Dicho de una persona: Adquirir más o menos desarrollo, aptitud o habilidad en lo físico o en lo moral”. Como vemos, poco esclarecedora es la definición si queremos abordar la figura del formador. Pero al menos podemos deducir que el formador es el sujeto que realiza la formación, es decir, el responsable del proceso formativo.


¿Qué requisitos ha de reunir un formador?

El formador ha de reunir unos requisitos de acreditación y/o experiencia profesional y competencia docente establecidos en la normativa que regule cada una de las titulaciones.

¿Qué caracteriza a un buen formador?  

Su manifiesta vocación docente y pasión por su trabajo. Si carece de ella, no la va a poder transmitir. A lo que añadiríamos respeto al estudiante e interés por sus expectativas.

El formador, si es un buen profesional, valorará y sabrá sacar provecho de la situación, de tener unos alumnos con experiencia profesional que a su vez enriquecerán su conocimiento. Un buen profesional no puede restar valor a la aportación que realizan los alumnos en el aula.

Al igual que todo docente, ha de estar al servicio de los intereses del alumno, así como conocer sus debilidades para mejorar y reforzar sus fortalezas. La formación es realmente una vocación de servicio, característica imprescindible en cualquiera de sus ámbitos.








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